Por Ángel Tejada
El día de hoy hablaremos de Retablo, largometraje dramático peruano, ganador de un Teddy Award como mejor película con temática LGBTQ en el Festival Internacional de Cine de Berlín en el año 2018, dirigido por Álvaro Delgado Aparicio y escrito por este último junto con Héctor Gálvez.
La historia escrita por Héctor Gálvez, trata sobre Segundo, un joven introvertido y trabajador que vive con sus padres en un pequeño pueblo ayacuchano. Su padre, Noé, a quien admira mucho, se dedica a la fabricación de retablos decorativos. Cierto día, en un viaje de trabajo, Segundo descubre que su padre es homosexual. A partir de ello, se siente confundido, y deja crecer un profundo desprecio hacia su padre, generando cambios en los diversos ámbitos de su vida.
La cinta cuenta con un excelente reparto que incluye a Junior Béjar Roca como Segundo, Amiel Cayo como Noé, padre de Segundo, y a Magaly Solier como Anatolia, madre de Segundo y esposa de Noé.
Hablando con mayor profundidad sobre la cinta, he de decir que los diversos premios que ha ganado son totalmente justificados, ya que cuenta con varias cualidades que le dan un valor agregado que la elevan por sobre la categoría de buen producto cinematográfico.
El primer aspecto a resaltar son sus personajes bien construidos, que están escritos de tal manera que se sienten reales, tienen motivaciones y personalidades creíbles para la audiencia, que funcionan a la hora de verlos interactuar entre ellos. Interacciones como las de Segundo y su amigo, Mardonio, y las que se dan entre los padres de Segundo, funcionan y se sienten verídicas; tanto por los diálogos, como por la coherencia en su comportamiento dentro de la historia. Cada personaje cuenta con ciertos rasgos y características que los hacen diferentes entre sí.
Un punto que fue muy bien trabajado a lo largo de la cinta fueron los arcos argumentales de cada personaje; se da una notoria evolución de los mismos en la cinta. Esta evolución se hace más notoria en el protagonista, Segundo, quien atraviesa diferentes etapas, siendo prueba de esto la relación con su padre que pasa del respeto al odio y concluye con un sentimiento de amor y aceptación. Sumada a la buena escritura de personajes, están las maravillosas interpretaciones, que los convierten en algo más próximo y relacionable con la audiencia.
Otro aspecto a resaltar es el guion bien estructurado. La estructura puede dividirse en tres bloques: en el primero se nos muestra a Segundo y las relaciones que tiene con su amigo, sus padres y su oficio, todo esto con la intención de mostrarnos el mundo del protagonista y su forma de verlo. En el segundo bloque se nos presenta el conflicto y el cambio en la vida de Segundo, como consecuencia las relaciones anteriormente presentadas se ven afectadas. En el último bloque se da la resolución del conflicto, siendo el punto más fuerte de la película, concentrando la mayor parte de la carga emocional en este.
El guion se luce en momentos en los que se manejan emociones, consiguiendo transmitir al espectador de manera efectiva los sentimientos y emociones propios del momento, llegando a crear un genuino interés del público hacia los personajes y lo que pueda ocurrir con estos. Como una adición en un ámbito más técnico, tenemos la dirección de fotografía, la cual supo aprovechar los hermosos paisajes de la serranía ayacuchana para conseguir encuadres bastante atractivos a la vista gracias a un trabajo de fotografía impecable.
El último aspecto a tratar sobre la cinta está relacionado con el mensaje que ésta intenta transmitir a su audiencia. Aunque de por sí el propio tema de la película no es novedoso, lo que lo hace único es el hecho de situarlo en la serranía peruana, en donde hasta el día de hoy existe una mayor discriminación y desprecio hacia la comunidad LGBT. Este mensaje de tolerancia y aceptación no solo se limita a este ámbito, sino que también busca fomentar una inclusión cultural, ya que la película fue filmada casi en su totalidad en quechua. Además la cinta cuenta con secuencias en las que se puede apreciar desde celebraciones hasta ceremonias y demás costumbres de la zona.
A manera de conclusión, Retablo es un muy buen drama que logra abordar temas algo delicados para ciertos sectores del país. Además de poseer una fotografía, un guion y un ritmo muy bien trabajados que facilitan una conexión entre el espectador y los personajes presentados. En general es un película muy disfrutable a la que se le debe reconocer el cuidado que se le dio tanto en el apartado técnico como en el literario, consiguiendo numerosos reconocimientos que la llevaron a un nivel por encima de lo convencional.
Comentários